…Nos lleva a la disección de los encuentros que han disputado, y saber si mantienen o han variado en algo los diferentes ESTADOS DE ANIMO sobre los que habíamos reflexionado.
El MENSAJERO viajó a Las Palmas con unas señales más de presagio que de optimismo. Y todo ello, como consecuencia del efecto que ha generado la descompensación de su plantilla de inicio; así como las bajas en forma de LESIONES – imprevisibles e inevitables – y SANCIONES – muchas de las cuales son imperdonables – propias de la exigencia competicional.
No obstante, y como ya advertimos en nuestro último comentario, con Patricio de Ara este equipo nunca bajará la guardia. De la simbiosis entre su espíritu indomable portuense y la raíz rojinegra solo cabe extraer un alto nivel de exigencia competitiva.
Viajaron, compusieron un once con ocho jugadores de la primera plantilla, tres juveniles…y completaron el banquillo con dos más.
Prepararon el encuentro con fe, con mucha fe. Compitieron en precario pero estuvieron dignos. Les partieron la cara…pero por exponerla, no por arrugarse.
LAS PALMAS, en un nivel aceptable, que no excelso, generó las suficientes ocasiones como para no pasar apuros…eso si, después que el MENSA tuviera dos postes.
Empate al descanso, con Marcos Machín en plan estelar. El tempranero gol de los amarillos, nada más reiniciado el juego en la segunda mitad, marcó el devenir del resultado final.
Los rojinegros se mantuvieron vivos hasta el final, pero LO QUE NO PUEDE SER NO PUEDE SER Y ADEMÁS RESULTA IMPOSIBLE, que diría el “Gallo”.
Descanso competicional, acompañado de regalos de Papá Noel en forma de REFUERZOS, SI O SI, es lo que espera el cuerpo técnico mensajerista. Veremos…esperemos.
Del SAUCES decíamos que, a pesar del agravio en la conformación y posibilidades de trabajo de su plantilla con respecto a la mayoría de los demás equipos, ha venido compitiendo con gallardía, honor, sacrificio, rigor y seriedad.
Así ha sido, salvo excepciones. Así fue el pasado sábado ante el líder ESTRELLA. En unas condiciones desapacibles – para los dos equipos – el equipo de Adolfo Pérez hizo todo lo que se puede hacer para NO PERDER…Y PERDIÓ.
Según dicen las crónicas, los sauceros temporizaron, manteniendo a raya a los locales en la primera mitad de cero a cero, para en la segunda, y antes de encajar gol, tener las mejores ocasiones, palo incluido de Joymar.
Pero los equipos que comandan las clasificaciones tienen ese “puntito” de gracia, ese “plus” que nos confirman los misterios del fútbol como inescrutables. Suficiente en la ocasión para hacernos hincar la rodilla.
Aquí podríamos debatir sobre lo injusto e injusto de un resultado, y/o la pena que te queda al perder ante un rival clasificatoriamente superior pero que no ha hecho más meritos que tú para sumar los puntos.
Como decíamos en referencia al MENSAJERO, esperemos que el DESCANSO, y Papá Noel, traigan los refuerzos necesarios para no pasar apuros. Si no es así, a redoblar los esfuerzos. Es el sino.
De momento, cunde cierta TRANQUILIDAD.
El TIJARAFE era presa del desconcierto, ausencia de rumbo y una sensación de caída libre. Pues bien, después de pasar el VERA por el municipal tijarafero, haber cogido la pelota desde el pitido inicial…y prácticamente dársela a los locales solo para los saques de centro tras cada uno de los cuatro goles que metió, la CAIDA ha dejado de tener el carácter de SENSACIÓN para ser ABSOLUTA.
Una crónica al uso del encuentro poco o nada importa.
Este equipo, de carácter modesto, que ha sabido sobrevivir, con cierta brillantez, a las vicisitudes propias de su localización en un Municipio pequeño y alejado, ahora mismo, y si no se remedia, está abocado a la AUTODESTRUCCIÓN.
Resulta triste.
El cese o dimisión del entrenador inicial – Oscar Méndez -, generó el nombramiento de un paisano, de un hombre de la casa. Marcos Giovanni alentó el optimismo con una cadena de buenos resultados.
No obstante, el tiempo, y los acontecimientos, han devenido, han descubierto, que todo era más bien ficticio. Los jugadores y el entrenador - aunque se niegue - han vivido desencuentros permanentes. En esas condiciones no se puede competir con naturalidad; el ambiente lo imposibilita.
Los jugadores no creen en el entrenador, y, este, ni lo entiende, ni lo admite.
Unos y otro, otro y unos, tendrían que tener las miras dirigidas hacia lo que realmente importa: EL TIJARAFE.
De momento, puede más el EGOISMO PARTICULAR que el amor y el futuro de unos colores.
La angustia, el desgarre, el conflicto, el desden, la visceralidad, el “asómate tu que a mi me da risa”, enmarcan los comportamientos de todas las facciones. Eso así ¿el devenir competicional mas inmediato del equipo corre algún riesgo? ¿Habrá plantón, rebeldía, huelga, o como se diga, de los jugadores que se queden tras el paron navideño? ¿Querrán tener, unos y otros, como mayor “mérito” de sus curriculum, el del DESHONOR de “MATAR” a un equipo, a un sentimiento, a la ilusión de un pueblo?
Hasta la semana pasada abogábamos por el dialogo, la comprensión y la amplitud de miras, como condiciones para intentar salvar la situación. Eso, o el APOCALIPSIS.
Hoy, tenemos que ser más “rajientos”, aún a riesgo que nos saquen tarjeta roja. En estos momentos, y por el bien del futbol en la localidad y en la Isla, el presidente tiene que dejar a un lado su cansancio, el aburrimiento y la complacencia, para ser más autárquico y soberano que nunca. No puede dejar morir de INANICIÓN a su equipo. Las ultimas balas de la recamara tiene que gastarlas ya. Lo siento por Marcos, pero la ley del fútbol es así de caprichosa. El "sajazo" tiene que llevárselo él.
EL TENISCA necesitaba reivindicarse antes del descanso navideño. Reivindicarse, fundamentalmente, para aclarar las dudas que ha venido produciendo su juego en el último tercio de liga.
Con ello, y a la espera de recuperar la mejor versión de Jeffrey en la contención, Rayco en la elaboración, Memo cara al gol, más la confirmación de lo que ha venido teniendo regularidad, se restablecería la autoridad, la aceleración y el poderío del comienzo liguero.
Todos intuíamos que el nivel del comienzo era imposible mantenerlo. La competición es exigente y la plantilla tiene merma numérica – más que dicho ¿verdad? -. Esto no lo desconoce Vales. Y como es así, intuyo que su dirección y manejo ha venido siendo orientado en el sentido de proteger el estado físico y mental de los suyos. Que se pongan nerviosos en el entorno, poco importa. Lo real y verdadero consiste en llegar a los momentos cruciales en condiciones optimas.
El TELDE del ex Pacuco Rosales, invitaba a tener la motivación necesaria.
Primero, por la apuesta ya descrita; segundo, por la confirmación del gol average final…por si acaso.
Según dicen las crónicas, en un primer tiempo de recuperación en el nivel del juego propio del manido comienzo liguero, más el acierto individual del depredador Dani López, bastaron y justificaron el triunfo.
El rival no se amilanó en la segunda mitad. Fue mas valiente, apostó por su carácter, generó ocasiones…pero no logró restablecer el marcador.
Triunfo justo, buen almuerzo navideño, contentura general…y Francisco Javier Vales deseando que este domingo no terminara nunca. ¿Qué por qué? Pues porque al tiempo de toda esta ventura “merengue–tenisquista”, su BARSA se enseñoreaba en el teatro de lo sueños para interpretar el fútbol más exquisito del MUNDO ¿ALGUIÉN LO DUDA? Claro que no ¡PUES SOLO FALTA ESO!
J.H.

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