Bueno, bueno, sin más, demos rienda suelta al pincel de dibujar esas situaciones anímicas: EL TENISCA, con el trazo de una plantilla coqueta y poli funcional, aunque corta – por la escasez de recursos económicos -, empezó sorprendiendo a muchos – entre los que no estaba su entrenador -, en una carrera insultante de poderío. Ha comandado la clasificación, y ha luchado hombro con hombro en casi todo el agarre de la primera vuelta. El equipo tenía una aceleración superior en el inicio. En su campo se mostró autoritario. Fuera, menos. Pero es que cada vez, menos. En el último tramo de esta vuelta ha ido perdiendo el agarre. De ser SUBLIME pasó a MELANCOLICO. El futbol equilibrado entre la contención y la creación se dispersó. Al tiempo que perdía la hegemonía clasificatoria, gritaba ¡socorro! Como un descosido, pedía aliento, aire fresco. En la segunda vuelta, el equipo necesita recuperar a Jeffrey, al que la lesión apenas le ha dejado competir. Precisa, como agua de mayo, al “maestro” Rayco en la creación. Aboga por que Juanda y Simón compitan al nivel que permita las variables - por banda o interior - que su técnico requiere. Apremia la mejor versión de Memo. Se condiciona a que Dani López continúe con su olfato. Apostemos por todo ello. Así, no habrá dudas sobre el objetivo. ¿Cuál? LA ESPERANZA por llegar a la promoción de ascenso.
EL MENSAJERO no ha tenido un mural suficiente para pincelar OPTIMISMO. De inicio, apeló a un entrenador con crédito en la isla (León Gómez). Más, no dispuso de todo lo que se precisa para realizar una buena obra. Con muchas penurias, como todos los demás, confeccionó la plantilla que buenamente pudo, pero insuficiente y desequilibrada. Esto condicionó al cuerpo técnico. Tanto, que se desenvolvió en la incoherencia. La situación se convirtió en perpleja, sin rumbo. El relevo parecía cantado. Se recurrió a Patricio de Ara. Cada maestrillo con su librillo. El portuense advirtió la falta de muchas cosas. Entre ellas, el número de jugadores para tener compensación en todas las líneas, y lo que es mas grave, falta de trabajo en lo referente a conceptos evidentes de evolución táctica. No obstante, el equipo ha mantenido el espíritu y carácter aguerrido de su dirección. Navega en las posiciones acordes con sus posibilidades. ¿A que puede aspirar? A mantener su personalidad; a reforzarse en los puestos necesarios; a ser más cautos para no perderse en tanta sanción; a que le respeten las lesiones; a que sus lideres en el campo – los Rayco, Ivan Martin, Romario…- contagien. ¿Algo más? Pues si: ser el MENSAJERO del que da gusto ser, redundancia incluida. No hay mejor ESTADO DE ANIMO POSIBLE.
EL TIJARAFE, apostó de entrada por la EXCELENCIA. Oscar Méndez es un entrenador de profundos conocimientos. Muchos. Más, no obstante, se topó con que el cuadro que el traza requiere de otros colores. En esta tesitura, no quedaba otra que cambiar nada más empezar. Se fue Oscar, y lo hizo con elegancia y generosidad para entender las consecuencias de los malos resultados, así como para manifestar su agradecimiento al club por el trato dispensado. El recambio se buscó, se rebuscó…y se encontró en la casa. El equipo ha obtenido mejores resultados que buen juego o garantías. Se halla en una posición un tanto desahogada…pero más ficticia que real. El desconcierto, la ausencia de rumbo, la sensación de caída libre…parecen notas comunes en todos aquellos que osan, osamos, hablar de este invento llamado fútbol. Lo más importante de todo esto es que quienes pueden modificar desde dentro - llámese cuerpo técnico, llámese jugadores… - lo hagan. El presidente, con sus errores - pero autentico “alma mater” de lo que ha llegado a ser el TIJARAFE -, necesita, precisa, ayuda en su soledad, para refundar al equipo sin que caiga en el ABATIMIENTO. En este sentido, todos tienen que tener un campo de miras solidario. No cabe el egoísmo individual. El TIJARAFE es lo que importa. Por su bien, y por el del futbol palmero, hay que regenerarlo en la segunda vuelta. Lo contrario puede llegar a ser el preámbulo de un Apocalipsis. No se permita...por Dios y por el “Diablo”.
EL SAUCES alcanzó la gloria del ascenso a la categoría tercer divisionaria por primera vez en su historia. Don Ángel, Adolfo Pérez, un grupo de jugadores, y una afición singular, llenaron de FELICIDAD al municipio. El logro ha sido importante. Tanto, que no puede ser efímero. De momento, la clasificación del equipo está por encima de sus posibilidades coyunturales, que no futbolísticas. Tener un equipo en la elite exige. Para componer la plantilla se han visto obligados a tener jugadores desperdigados y preparándose por su cuenta la mayor parte de la semana. El trabajo, así, es lastimoso. Han competido con gallardía, con honor, con sacrificio, con equilibrio. Pero han exprimido el limón por encima de sus expectativas. De momento, les ha dado con el rigor, seriedad y buen hacer de los Jorge, Diego Cabrera, Joymar...como ejemplos representantes del todo. Pero esto está en el intermedio. El último acto de la temporada será mucho más exigente. El resto de equipos redoblarán todos sus esfuerzos para salir del atolladero. Los sauceros no deben ser menos. Su diseñador – Adolfo Pérez – tiene claro lo que necesita y se lo ha hecho saber al club. Si se puede, los dirigentes harán el esfuerzo. Si no se puede, pues a seguir compitiendo intentando llegar a la orilla nadando…y guardando la ropa. De momento, cunde la mesura de la TRANQUILIDAD.
En el epilogo cabe barruntar cositas con respecto a la Competición. No es difícil pronosticar que, a los cuatro equipos que ya están por arriba, se les unirá en la lucha el CORRALEJOS, LANZAROTE, GRANADILLA y, quizás, LAS PALMAS. A pesar de su gran campaña, no veo al VERA. Por abajo, esperemos que las cosas no cambien mucho…ya me entienden. ¿Alguien da más? Yo no.
J.H.
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