Talento individual, estrategia, capacidad y espiritu colectivo, son aspectos a tener en cuenta para dominar...y ganar un partido. Claro que, a ello, hay que sumar un alto indice de tensión y concentración. Y el TENISCA la tuvo en la VERA. Tanto, que quizá pecó de exceso en su primera mitad.
El equipo se presentó en "cuadro". A la baja habitual de Jefrey - aún no recuperado lo suficiente como para arriesgar -, se le sumaba, por sanción y/o lesión, la de Alex Sánchez y Óliver en defensa, y Silvano en la polivalencia (medio centro...defensa). Con este panorama, Javier Vales tenía claro que sus jugadores tenían que dominar la posesión del balón y del partido sin querían tener mayor porcentaje de éxito. Y ¡ojo!, no es que los sustitutos de los habituales lo hicieran mal. No. No fue así. Pero tampoco podía ser lo mismo.
Y no fue lo mismo porque, en su obsesión mental por llevar al maximo su concentración, el TENISCA resultó demasiado prudente en esos primeros cuarenta y cinco minutos.
Vales, había dispuesto a Eduardo, Adonay, Jordan y Cabrera en defensa; un trivote por delante, conformado por Rayco en el eje, con Juanda y Simón a su izquierda y derecha, respectivamente; Adrián Gutiérrez por delante intentando ayudar en la labor de contención, al tiempo que enganchar con los dos referentes de arriba, Dani López y Memo.
Este era el dibujo diseñado para llevar a la practica el objetivo. Claro que, su exceso de repliegue, su falta de achique hacia adelante, y el escaso desdoblamiento por fuera - lógico y entendible -, solo dejaban la posibilidad de éxito a las contadas incursiones que pudieran exhibir sus puntas. Eso, o a las acciones de estrategia.
El VERA, no es que sea una excelencia, pero posee muy buenos fundamentos para contrarrestar. Conformó un cuadrado a partir de la defensa en linea, con dos pivotes, dos por delante, y...otros dos ¡mas adelante! para abarcar la mayor verticalidad posible, y aparecer a base de movilidad e incursiones a los espacios. Tuvo quince minutos de mayor aproximación, pero...sin gloria, la verdad.
Como bien habiamos dicho, la estrategia podía ser una de las opciones de gol para el TENISCA. Y lo fue. Falta lateral sacada por el "Profesor" Rayco, dejada de Memo...Adrián y ¡golllllllll!
Transcurría el minuto treinta y tres, las cosas se ponían a huevo, pero...En un arrebato inmediato de los locales, Jordan pone las manos a la espalda del delantero Chus - ingenua e innecesariamente -, este se "desploma" y el árbitro, encantado - y ya me explicaré - pita el correspondiente penalty. El propio delantero convierte en el ¡gol! del empate.
El paso por vestuarios tenía que servir. Y sirvió. El TENISCA, bajó la diapasón de la tensión, se quitó el disfraz de la excesiva contemplación y salió a ser el TENISCA.
Adelantó las lineas, siguió jugando con el mismo dibujo, si, pero Rayco llegaba mas arriba para conectar con su pié de diamante. En corto o en largo, pero con precisión milimétrica. Dani López se iba, se fue, un par de veces por la izquierda y las tuvo para volver a adelantar a los suyos.
En el minuto 30, contragolpe de libro, Memo llega antes que el portero al borde del área, este le toca, lo derriba y, cuando todo el mundo pensaba que el equipo local se iba a quedar con diez ¡sorpresa en la Condomina, perdón en el Salvador Ledesma!... "el sibilino" no lo permitió, solo mostró amarilla. Adrián ejecuta...al travesaño.
El VERA, en esta segunda mitad, y salvo algunos minutos de desajuste defensivo merengue por su lado derecho, solo tuvo alguna que otra aproximación mas o menos clara. Como el fútbol es fúbol, claro que pudo desequilibrar. No hubiera sido justo. In extremis, en tiempo de prolongación, Simón no atina meter dentro, y si a las nubes, un pase del de siempre, que lo dejó solo ante el portero.
El tiempo no dió para mas. Empate final, en un campo dificil, con alineación de circunstancias - pero felicitemos a los chicos - y sin hacer un grandioso partido, ante un rival que va a ser, es, dificil de batir dentro y fuera.
¿El árbitro? Marcos Carballo. Ruinito, sibilino y aleccionado. "Sabia" lo que pitaba. En ese cometido le "ayudó" mucho el ínclito José Adán García Jorge - con un resorte perfectamente engrasado para convertir en fueras de juego incursiones legales de los merengues -.
La jugada del portero con Memo fue el ejemplo mas palpable de saber lo que hacía. Pero...las tarjetas amarillas con las que obsequió a los tenisquistas, también.
Lo importante es que se sigue siendo lideres a la espera del derby.
J.H.

No hay comentarios:
Publicar un comentario